miércoles, 30 de noviembre de 2011

La guerra y la paz

A fines de 2005 nos fuimos en auto a Italia con mi novio de ese momento y, ¿quién más?, mi prima Male. Nosotros vivíamos en Toulouse y ella en Londres, y nos pasamos todo el viaje charlando sin parar, haciendo planes para cuando volviéramos a Buenos Aires y Montevideo. Entre otras boludeces hicimos nuestras respectivas listas con resoluciones de fin de año y en ambas figuraba leer "La guerra y la paz".

No sé si es porque las dos compartimos bisabuelos medio-rusos-medio-polacos, pero lo cierto es que el libro forma parte de la mística familiar; en la biblioteca de mi vieja, por ejemplo, siguen estando los seis tomos de una edición bastante antigua (y hecha paté) y cuando vivíamos juntas cada vez que una amiga mía le pedía que le recomendara algo para leer le daba el primer tomo e insistía en que se lo llevara a toda costa (en realidad eso pasó con una de mis amigas, pero en este blog no tenemos pretensión de verdad ni verosimilitud alguna). "Al principio te vas a confundir con los nombres, que parecen todos iguales, pero te vas a enganchar y lo vas a adorar", decía.

Male lo leyó, si no me acuerdo mal, en el verano de 2009. Yo me compré una edición en inglés algunos meses después de ese viaje a Italia y la empecé a leer al poco tiempo, pero el ladrillo de mil y pico de páginas era tan incómodo de transportar y de leer que desistí a la quinta hoja. Así que quedó, junto con aprender alemán y hacer deporte, en éter de las resoluciones incumplidas.

Cuando, hace poco, me compré un kindle, tuve la maravillosa idea de retomarlo. El peso no iba a ser un problema y como había terminado un par de novelas cortas en pocos días de viajes de subte no me molestaba la idea de leer algo largo. Qué ingenua. Hace más de un mes que lo estoy leyendo y todavía no llegué ni a un tercio. Me engancho con la parte del chusmerío de la nobleza rusa pero me aburro soberanamente en las batallas y todo lo que tenga que ver con la guerra. Male me dijo que ella se salteaba capítulos enteros, pero María Fundamentalista no puede. Así que calculo que terminaré de leer la novela en enero, en alguna playa de Uruguay.

3 comentarios:

  1. Vos sabés que lo que tiene el idioma ruso es que las palabras involucran conceptos. No se cómo le dicen a estas cosas los que saben del asunto.

    La cosa es que 'Mir'(мир) quiere decir paz y mundo y obviamente el uso depende del contexto. Pero me contó un ruso que en el caso de la obra de Tolstói el uso correcto es el de Mundo, entendido no como 'mundo geográfico', digamos, sino como 'comunidad', o como el colectivo de toda la Humanidad.

    Es una tortura ese libro si, pero de contra le voy a entrar.

    Besis.

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  2. ¡Gracias, Giselle! Lo tenemos medio abandanado, voy a ver si mis coblogueros se inspiran.

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