viernes, 23 de septiembre de 2011

Mundos nuevos


Y sí, empecé a estudiar otra vez y era obvio que iba a volver al blog. Y a cocinar, y a todas esas cosas a las que uno recurre cuando tiene hormigas en el culo después de estar horas en una silla tratando de leer un texto difícil, aburrido o largo.

Antes de irme de Uruguay mi prima Male (como saben, una de mis principales recomendadoras de libros) me regaló "Let the the great world spin", de Colum McCann. Es una novela coral (varias historias que se cruzan, onda Magnolia o Shortcuts) que transcurre acá en Nueva York en los 70. Todos los personajes se cruzan de manera más o menos trágica el 7 de agosto de 1974: el día que el francés Philippe Petit se paseó por un cable que unía las torres gemelas (la historia de ese tipo es una demencia, tienen que ver el documental Man on Wire).

En la novela hay un cura irlandés que vive en los projects del Bronx, una prostituta del barrio y su mamá, una señora del Upper East Side que perdió a su hijo en Vietnam, el hermano del cura, una pareja de bohemios que se exilió en el medio del campo para zafar de la heroína, y varios personajes más o menos secundarios. En una escena (¿vale hablar de "escenas" en una novela?) particularmente tierna un nene de 16 años de un grupo de protohackers de California se comunica con un teléfono del sur de Manhattan para ver qué cazzo pasa con el lunático de las torres y se enamora de la voz de una mujer anónima.

Terminé de leer el libro en una de las escalas de mi viaje hacia Nueva York. Pasé por Miami para un curso de orientación de mi beca y decidí quedarme unos días más en la playa. Y ahí, sola en un hotel berreta, al llegar a la última página entendí todo. Después de leer las pequeñas miserias, flaquezas y debilidades de los personajes, independientemente de las tragedias que vivieron, me sorprendí entendiéndolos, emocionándome y sintiendo una profunda empatía con ellos. Me di cuenta de que es por eso que leo novelas: para convencerme de que mis miserias también son dignas de absolución.

2 comentarios:

  1. Bienvenida, por fin pusiste en movimiento este blog que teníamos abandonado. Anoto el libro para próxima lectura.

    Terminé The Tattooed Girl, de J.C.Oates (con Lindsey) y apenas tenga un rato, escribo algo. Carol Oates me produce sentimientos contradictorios. Ya te contaré. ¡Saludos! ElsaKito

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  2. Le tengo cariño al blog, Els, ¡no lo abandonemos! Espero ansiosa tu comentario sobre Oates.

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