miércoles, 25 de agosto de 2010

Las chicas B: Carlota


El primer libro que leí de las hermanas Brontë fue Jane Eyre. Teníamos que leerlo porque en clase íbamos a estudiar Wide Sargaso Sea, de Jean Rhys.

Cuestión que estaba de viaje, encontré una versión potable y barata de Jane Eyre y le entré. Voy a decir una barbaridad, pero enseguida me teletransporté a mi infancia, a la época en que leía cuanta novela de Enid Blyton hubiera por ahí. No pude parar hasta terminarla (y eso que estaba de viaje y que tenía que pasear y cumplir con mis obligaciones de turista). Creo que ya lo dije por acá, pero este disfrute me parece un mérito en sí mismo y hace que valga la pena leer la novela: la lectura de las aventuras de Jane fue deliciosamene adictiva y me generó esa desesperación alucinante por terminarla queriendo, al mismo tiempo, que no se acabara nunca.

Pero en un punto no dejaba de ser la historia de una huerfanita adoptada por una familia malvada, que huye para trabajar como institutriz y que, predeciblemente, termina enamorándose del señor de la casa. Tuve varias discusiones con Elsa y, en clase, con Lindsay sobre esto. ¿Cuál es la diferencia entre Jane Eyre y un culebrón lleno de estereotipos? La respuesta es, como podría esperarse, un poco de perspectiva histórica: por primera vez en una novela un personaje femenino aparece como sujeto independiente, con una visión del mundo y un proyecto personal propio. Por supuesto, entiendo esta argumentación y no soy tan idiota como para pensar que todos los críticos y académicos se equivocan y que yo tengo razón. Pero me gusta leer las novelas como si fueran contemporáneas (de nuevo, cuando es por puro placer y no cuando estoy estudiando) y busco que sea la escritura misma, o la anécdota, la que me parta la cabeza (algo parecido me pasa con Jane Austin pero este post ya está quedando bastante largo as it is).

Ojo, no todo es lineal en Jane Eyre: hay un personaje súper complejo y moralmente ambiguo que, en la novela, es TODO: Rochester. El hijo de puta tiene a una mina encerrada en el ático por años como el peor de los torturadores, sin el más mínimo remordimiento. Leí la novela hace tres años y no tengo la anécdota tan clara en mi cabeza pero, si mal no recuerdo, su peor pecado es estar todavía casado y haberle mentido a Jane, y no el detallecito del cautiverio de la "loca" en su conveniente cárcel personal. Esta parte es como un agujero negro increíble en la novela, algo que no cierra y que, en mi humilde opinión, la redime. Y habilita que salgan maravillas como Wide Sargasso Sea.

Ta, quería hablar también de Cumbres Borrascosas pero me estoy zarpando. La sigo después.

8 comentarios:

  1. Bueno, no en vano algunas amigas me pusieron el sobrenombre de "Background" (1). Yo tengo que situarme en el contexto, en lo que pasaba, lo que se escribía en el período, etc. No siempre, pero es una compulsión casi inevitable. Sin embargo J.Eyre me atrapó de joven y no me preocupé en adquirir ningún conocimiento extra. Me pasó lo mismo que a vos, no la podía dejar y lamenté que terminara. Además, la adoré.

    En esa época la había comprado en Ruben, en una edición del 69 de la Editorial Vergara de España. Aprovecho para DENUNCIAR el hecho que estaba censurada y le habían sacado lo que consideraban anti-católico y no se qué otras paparruchas. Me enteré hace pocos años y por lo tanto me compré un libro con todo lo de Emilia y Carlota en inglés, muy difícil de manipular y sostener.

    Lo primero que leí fue Jane Eyre y la volví a adorar. No podía evitar tener más conocimiento de la época (los años no vienen solos) y por eso tal vez me gustó más. Es un personaje desafiante, que reclama siempre ser tratada como una igual. Anda con la sexualidad a flor de piel pero se da cuenta, por más loca que esté por Rochester, que si afloja la equidad desaparece y no está dispuesta a aceptarlo. Es el reino de los hombres, y en esa casa el reino de ese hombre que tiene encerrada a su mujer en un altillo. Esto último al no existir el divorcio era mucho más común de lo que parece, y no se si en muchos lugares no lo será todavía.

    La escena posterior al casamiento fallido, casi violenta, donde él la agarra y le dice que van a vivir juntos, es maravillosa, ¡tan bien contada! y te la pinta a ella con toda su bronca y dudas.

    Hay un libro sobre la literatura y las mujeres en el Siglo XIX, que se llama The madwoman in the attic, que dice algo parecido a lo tuyo sobre el final: que en Jane hay rebelión y rabia pero no una visión clara de cómo podía resolverse el tema de esa opresión masculina, por eso en general sus finales son ambiguos. En Villete es casi una decisión de vida de claustro, aunque el cuerpo le arda tanto que termina incendiando un teatro.

    La loca en el altillo es también una presencia clave, tal vez Jane se vio a sí misma en ella (acordate que hay un espejo cuando la mujer entra a su cuarto). Hay un cuento magnífico de fines del Siglo XIX que se llama The Yellow Wallpaper que está inspirado en ese personaje, igual que el libro de Rhys.

    (1) Las pobres me hacen una pregunta sencilla, para obtener una respuesta idem, y yo empiezo con los orígenes en siglo o el milenio anterior. Una pesadez.

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  2. Me olvidé de contarte que me compré la última serial de la BBC basada en JE. De todas las versiones que vi, es la que más me gustó (¿fanática yo?). La hicieron en 2007.

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  3. Hola... entré aquí a curiosear y me llevé la grata sorpresa de unas reseñas escritas con una soltura muy agradable y sincera. Respecto a Jane Eyre y su relación con los culebrones actuales, entiendo la postura de lector de leer toda la literatura como si fuera contemporánea (todos los libros coexisten en nuestra biblioteca, son contemporáneos y coespaciales, después de todo), pero al final es la perspectiva histórica la que salva unas obras y condena otras. Y más allá de eso, son las intenciones, creo... Una cosa es utilizar una estructura (huerfanita + adopción + familiastra) como punto de apoyo para ir más allá de las convenciones de una época, y otra es seguir utilizando esa estructura una y otra vez como forma de éxito fácil, por el simple hecho de que tienen una eficacia probada sobre nosotros. Carlota corrió sus riesgos. Los demás, no demasiados.
    Repito: linda reseña. Seguiré pasando desde el blog que tengo con unos amigos y que aquí tan amablemente linkearon (Club de Catadores).
    Saludos,
    Leo Cabrera

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  4. Leo, gracias por tu comentario. Sí, más allá de todo Carlota está en mi corazoncito. Como lo decía en el post, me conecta la literatura que leía cuando era chica. Esto puede no sonar demasiado halagador pero para mí es terrible piropo. El próximo post va a ser sobre Emilia, otra salada.

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  5. Leo, bienvenido al blog y gracias por aportar. Lo de Heathcliff y Catherine va a ser interesante por lo perturbador. Hasta pronto y seguimos.

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  6. A mi infancia tengo un puente directo a través de un libro (Azabache) y una escritora (Anna Sewell). Gracias por la bienvenida, Analiala y Elsa... seguiré pasando.

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  7. Brocklehurst -¿Sabes dónde van los malos después de morir?
    Jane -Al infierno.
    Brocklehurst -¿Y sabes lo que es el infierno?
    Jane -Un abismo lleno de fuego.
    Brocklehurst -¿Te gustaría caer en ese abismo y arder eternamente?
    Jane -No, señor
    Brocklehurst -¿Qué debes hacer para evitarlo?
    Jane- Estar sana y no morir, señor.

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  8. Listo, es oficial. Este blog banca a Juana.

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