jueves, 20 de enero de 2011

Arde París


Lo mejor de estas vacaciones fue leer "La plenitud de la vida", el segundo tomo de las memorias de Simone de Beauvoir. Empecé el año pasado con el primero ("Memorias de una joven formal") y si bien al principio tuve que ponerle ganas hacia el final me fui copando y decidí entrarle al siguiente.

Simone (y sí, después de leer más de mil páginas sobre su vida ya es "Simone", a secas) habla desde un lugar que suena muy auténtico y despojado de cualquier actitud de pose. A mí me interesa muy poco cuánto de lo que cuenta es verdad, qué partes tuvieron retoques, qué episodios polémicos no están (ella dice en el prólogo que si bien no lo cuenta todo y que se va a guardar muchas cosas para ella, todo lo que relata es cierto); me conmueve mucho encontrar un relato tan personal y con tanta fuerza y eso es más que suficiente para mí.

Al principio del libro Simone se morfa el mundo en todos los sentidos. Después de romperse el alma para ser profesora de filosofía (en Francia sigue existiendo el mismísimo examen que ella dio: lo aprobás y tenés la estabilidad de ser un funcionario bien pagado) llega la libertad y la independencia: la libertad de tener con Sartre la relación que se les antoja y que ellos necesitan; de recorrer Francia a pie, en bondi, haciendo dedo, escalando montañas, durmiendo al aire libre (que se dice "à la belle etoile" en francés; ¿no es una mononada?); de recorrer España, Inglaterra, Marruecos, Grecia queriendo ver todo y meterse en cada rincón, haciéndose, a la vez, miles de preguntas acerca de quiénes son y qué lugar ocupan como extranjeros, turistas, gente con la vida medianamente resuelta, etc.

Las conversaciones sobre literatura que tienen con Sartre y su círculo son increíbles (cuenta, por ejemplo, cómo descubren a Kafka o a Faulkner) y también el relato de su propio proceso creativo como novelista es alucinante (hace varios intentos fallidos antes de publicar "La invitada", su primera novela, a los 30 y pico de años). Me da mucha ternura leerla cuando dice que la primera vez que se sentó a leer a Hegel no entendió un sorete y que tuvo que encerrarse por días en la biblioteca para poder agarrar algo. Obviamente que hablan un montón de filosofía, pero siempre desde un lugar muy personal (por ejemplo, todas sus reflexiones sobre la muerte están muy teñidas por su experiencia en la guerra y la ocupación).

Justamente, aprendí un montón sobre la guerra y la ocupación de Francia desde, por supuesto, un punto de vista muy subjetivo y personal: la angustia de no saber dónde ni en qué condiciones estaba Sartre, los viajes clandestinos al territorio "libre", el hambre, los toques de queda, los amigos deportados y muertos, la alcahuetería de las autoridades. En el libro Simone cuenta cómo ella y gran parte de la intelectualidad francesa, luego de una época de optimismo irresponsable (es muy fuerte y dolorosa la crónica de la guerra civil española: yo me comía las uñas como si existiera la posibilidad de otro final) van tomando conciencia política y sintiéndose cada vez más con la obligación de mover el culo de los cafés y las bibliotecas y hacer algo.

Bueno, dejo por acá. El libro es bellísimo y atrapante. Es un ladrillo de espesor considerable pero cada página vale la pena. Háganse un favor y llévenselo a sus próximas vacaciones.

lunes, 17 de enero de 2011

Mark Twain víctima de lo "políticamente correcto"

Sectarismos, ignorancia, desconocimiento de la historia y sus contextos y muchas cosas más podrían decirse de la triste noticia de los cambios que se proponen en textos de Mark Twain en EEUU. La palabra nigger (negro) en EEUU solamente se puede pronunciar por los propios negros, y quienes no lo son dicen o escriben  "the n-word", que al fin y al cabo quiere decir lo mismo.  Esto tiene sus justificaciones más que fundadas dada la historia de esclavismo y segregación de ese país.

Pero otra cosa es cuando hablamos de literatura. Resulta que ahora, cuando no hay nadie que defienda sus derechos de autor, le cambian a Mark Twain la palabra nigger por la de "esclavo" en su famoso libro Huckleberry Finn. La argumentación es "que ofende". Ofende hoy ¡pero el libro fue escrito en 1884 y no en el 2000! y es obvia -para cualquiera que no tenga un garbanzo de cerebro-  la importancia de conocer cómo se hablaba en aquella época. El lenguaje es parte de la historia y la literatura ayuda a comprenderla tanto o más que los libros especializados.

Los negros militantes, comunistas, de izquierda, de los años 30 y 40, perseguidos luego por FBI hasta los últimos rincones del mundo (como le pasó a Richard Wright) ¡se autodenominaban negros! No existía la palabra afrodescendiente o african-american.

Si nos ponemos así, tendríamos que cambiar a toda la literatura mundial. Desde Homero a Hemingway y me quedo muy corta. ¿Cómo se puede aprender así? Sin contexto, con palabras cambiadas para no molestar al lector de hoy, que será cada vez más burro si continúan estas censuras al pasado.

No sé que opinan ustedes, pero la noticia de cambios en los textos de Huckleberry (y creo que en Tom Sawyer también) me dejó bastante triste pensando en quienes aun no los han leído y en el futuro de la literatura. ¿Qué pasará con Faulker? ¿Y con Onetti traducido en USA al inglés? ¿Alguien se acuerda de Wright, de Langston Hughes? Wright se tuvo que ir a vivir a París con toda su familia (esposa blanca, judía) harto del racismo. Pero igualmente allí el FBI lo persiguió. Era negro y usaba la n-word porque aun no se había inventado la de afrodescendiente. Eso no le quitó ninguna fuerza a sus denuncias. @ElsaKito

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Gracias a los aportes de Ludwig, que agrego, además de texto de Toni Morrison sobre el tema.

Toni Morrison - Introduction to the current Oxford edition of Huckleberry Finn
"In the early eighties I read Huckleberry Finn again, provoked, I believe, by demands to remove the novel from de libraries and required reading lists of public schools. These efforts were based, it seemed to me, on a narrow notion of how to handle the offense Mark Twain's use of the term "nigger" would occasion for black students and the corrosive effect would have on white ones. I struck me as a purist yet elementary kind of censorship designed to appease adults rather than educate children. Amputate de problem, band-aid the solution. A serious comprehensive discussion of the term by an intelligente teacher certainly would have benefited my eighth-grade class and would have spared all of us (a few blacks, many whites -mostly second-generation immigrant children) some grief."  Texto completo en pdf

Twain's classic loses the N-word for modern age (Independent)
Thomas Wortham, a prominent Twain scholar at UCLA, compared Dr Gribben to Thomas Bowdler, the British editor of the 19th century who created a notorious "family" version of Shakespeare, which removed all sexual themes so as not to offend Victorian wives and children.

Documental sobre the "N-Word

domingo, 16 de enero de 2011

El sueño de celta (Vargas Llosa)

No tengo nada que agregar a esta síntesis que realizó Soledad Platero en su crónica de El País Cultural:

"Así que ésta, que no es una novela histórica, es poco más que la biografía apenas novelada de un personaje histórico, escrita de manera asombrosamente convencional, en una prosa igualmente convencional y falta de atractivos. Un relato de casi quinientas páginas que parece hecho para cumplir con un compromiso editorial, o para darse un gusto personal postergado durante mucho tiempo."

Me aburrió muchísimo, no es una novela sino que todo parece indicar que el autor juntó y ordenó las fichas de su investigación y con poca literatura las pegó. Una lástima.